El carro subio en una barca y paso el rio, luego bajo donde lo esperaban unos soldados y continuo su camino hasta Dyanet, llegando en la noche.
Cuan hermosa es la ciudad de Dyanet
se asienta sobre las arenas del sagrado obscuro
su cara observa el mar
unos muros guardan su tesoro
y las estatuas de los santos del pasado guardan
el poder de la gran casa que da vida
el rey, el buen dios
que vela por todos nosotros
cuanto daria por pisar las arenas blancas
de la tercer tierra
el faraon deberia
permitirnos llegar a ella.
Cuando los soldados me vieron me azotaron, luego me preguntaron de donde venia. Les conteste aguantando las lagrimas:
-Soy Tihur el hijo de Tulca de Imet.
-¡Eres un ladron de la pastura, no dejaremos que le quites lo que le pertenece a la gran casa!-No soy un ladron, soy el hijo de Tulca, el ayudante de Ipifrasi. Yo le ayudo a mi padrfe con la pastura pero hoy me quede dormido y cargaron la pastura conmigo adentro sin que supieran que hiba.
-¿Tu padre le ayuda a Ipifrasi el barquero?
-Mi padre es el que recibio Itens del mismo Hatyseph.
Y el soldado Masheltu dijo: -Esta bien, te llevaremos de vuelta cuando sea el tiempo, pero te quedaras esta noche en mi casa.
Y me llevo a su casa donde pude dormir en un monton de pasto de su almacen.
En la mañana me saludo su esposa Midrishi, y me trato como si fuera su hijo ahi les conte como era mi situacion.
-Soy Tihur el hijo de Tulca, el ayudante del barquero Ipifrasi, vengo desde Imet para pedirle al faraon que nos enseñe a todos el secreto de la preservacion de la vida, para poder alcanzar la tercer tierra, la tierra de la arena blanca. Se que Nesbanedyedet el hijo del gran dios Userjepesh nos prohibio a todos nosotros el acceso a la vida abundante, por orden de la guardia.
Respondio Masheltu y dijo: -Soy hijo de Mashaltasa miembro de la guardia, auriga de Mashusiriya, el arquero de Nesbanedyedet (El gran dador de la vida), y por eso soy miembro de la guardia del faraon, la casa ostentosa, pero al ser mi padre un auriga, no se le permitio el camino, por eso la causa de tu casa es la mia, ¡Astuto ha sido tu padre al mandar a un niño, mira que si hubiera sido un hombre, lo habriamos ejecutado!.
Respondi diciendole: -La verdad es que yo vine por mi propia idea, aunque ciertamente mi padre Tulca y el padre de mi padre Tiamor persiguieron la misma meta pidiendole al Hatyseph la misma peticion, pero el no los escucho.
Midrishi la mujer de Masheltu dijo: -Eres un buen hijo, y me causa tristeza que te asuste la idea de la muerte, no vuelvas a venir hasta aca porque podrias morir siendo solo un niño, si quieres que te llevemos con el mismo Hathyseph lo haremos.
Entonces los abraze de alegria y me subi al caballo de el guerrero Masheltu, el guerrero que me llevo por las calles de Dyanet, pero cuando vi el gran palacio del faraon, vi que cada vez mas nos alejabamos de el, y llego a una casa de gran tamaño me dijo que lo esperara junto al caballo. Masheltu volvio con Ipifrasi, entonces dijo Ipifrasi: -¿Que hace el hijo de Tulca aqui?-
Masheltu respondio-¿Entonces el muchacho decia la verdad? El dice que su padre te ayuda con los barcos, y que han tratado de obtener el favor del Hatyseph para ser preparados despues de la muerte, Tihur llego hasta aqui por su cuenta, no lo mando Tulca, ha venido escondido en el carro de la pastura.
Ipifrasi dijo:-Ya veo, el muchacho es inquieto, el esta listo para volverse un hombre, Dime hijo: ¿En verdad deseas la vida?
dije yo: -Mas que nada en el mundo, quiero llegar a la otra tierra junto con mis padres y mis hermanos, junto a Koshi, la que es devorada por Ammut todas las noches dentro de su tumba.
Pero me llevaron de vuelta a Imet donde me esperaba mi padre y mi mabre Baju, ella estaba llorando y mi padre estaba furioso, pero Ipifrasi dijo:-Cuando me valla no lo golpee, no quiero que el muchacho tenga marcas en el cuerpo, porque el va a acompañarlo a usted en el barco, y aprendera el oficio de barquero y el de escriba mientras realizamos los viajes a Lirajnu, y tu muchacho: Un escriba puede llegar a conocer el arte del balsamo, y llegar a la otra vida, si eso en realidad deseas tendras que trabajar duro como mi ayudante.
Esa noche no pude dormir, por la alegria de viajar con mi padre y poder llegar a ser escriba.